El porqué de aecli

La Asociación Española Contra La Injusticia se creó en primer lugar, gracias al apoyo ciudadano, de muchos profesionales y trabajadores, y al gran trabajo de muchos voluntarios, este movimiento se ha convertido en un referente nacional, habiendo demostrado que somos capaces de unirnos por una causa justa, sin ideología política, sin diferencia de clases y con un objetivo común: Luchar por una JUSTICIA, pública y digna para todos. Es una Asociación sin ánimo de lucro, cualquier donación de la gente del pueblo, será revertida para nuestra gente, para el pueblo, no aceptamos ayudas políticas, ni queremos subvenciones que nos crean ataduras y favores, nuestras cuentas, ayudas y colaboraciones son transparentes para todos, nuestra ASOCIACIÓN es libre e independiente que solo trabaja para resolver cualquier injusticia de nuestra España.

Gracias a todos los que confiasteis en esta causa desde el principio.

EL PRESIDENTE: Antonio López Jorge

Derechos de Justicia

La Constitución y la ley Orgánica del Poder Judicial exige que los jueces sean imparciales. Jueces y Magistrados deben dictar sus resoluciones desde la más absoluta neutralidad.

El derecho a un Juez imparcial está reconocido también en el Art. 10 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, Art 6.1 del convenio europeo para la Protección de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales y el Art. 14.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, así como en la jurisprudencia(sentencias Tribunal Supremo sala 2 de 31 de enero y 10 de julio de 1995 y 21 diciembre 1999 entre otras muchas y sentencias Tribunal Constitucional numero 60/1995, 148/1987 y 106/1989 entre otras muchas).

No existe norma que esté por encima de estos mandatos.

Por lo que hay que luchar

¿Qué es justo y qué no? Difícil saberlo y definirlo. La justicia depende de los valores de una sociedad y de las creencias individuales de cada persona.

El concepto tiene su origen en el término latino iustitĭa y permite denominar a la virtud cardinal que supone la inclinación a otorgar a cada uno aquello que le pertenece o lo concierne. Puede entenderse a la justicia como lo que debe hacerse de acuerdo a lo razonable, lo equitativo o lo indicado por el derecho.

Por otra parte, la justicia hace referencia al Poder Judicial y a las sanciones o penas.

De esta forma, cuando la sociedad “pide justicia” frente a un crimen, lo que hace es pedir al Estado que garantice que el crimen sea juzgado y castigado con la pena que se merece de acuerdo a la ley vigente. Partiendo de esta acepción podrían exponerse diversos ejemplos que sirven para entenderla mucho mejor. Así se encuentran los siguientes: 

“El presidente de la Sala del Tribunal fue el encargado de impartir justicia y de declarar culpable al detenido” o “Después de haber intentado solucionar el conflicto mediante el diálogo y no lograr los resultados esperados, Miguel acudió a la justicia para ponerle fin a los desagradables hechos que le enfrentaban con su vecino”.

En general, es posible afirmar que la justicia cuenta con un sustento cultural, de acuerdo al consenso compartido a nivel social sobre qué es lo bueno y qué es lo malo, y una fundamentación formal, que implica una determinada codificación en leyes escritas que son aplicadas por tribunales o jueces.

En este sentido hay que subrayar que de manera habitual la justicia se simboliza con la figura de una mujer que porta en la mano una balanza equilibrada y que tiene sus ojos tapados con una venda. De ahí que en muchas ocasiones se utilice de manera habitual la expresión “la justicia es ciega”.

Con esa frase lo que se intenta es dejar patente que la justicia no “mira” a quien debe juzgar para actuar de manera arbitraria, sino todo lo contrario, es decir, la justicia actúa de manera equitativa y siempre tratando por igual a todos los ciudadanos con independencia de su raza, sexo, condición sexual, origen…Todos somos iguales ante la ley.

Unos principios que, sin embargo, no se han mantenido siempre a lo largo de la historia, pues los encargados de impartir justicia en determinadas épocas o acontecimientos se han quitado la venda para actuar según les convenía y en función siempre de quien era la persona que tenían que juzgar.